Cuando nos paramos a analizar nuestras acciones, muchas veces nos preguntamos por qué hacemos lo que hacemos, por qué seguimos los mismos patrones de comportamiento, por qué reaccionamos de ciertas maneras ante diferentes situaciones. Para tener una respuesta es necesario hablar del carácter.
El carácter es nuestra forma de relacionarnos con el mundo. Aquello que nos ayudó a solventar los conflictos a los que nos enfrentamos cuando éramos más pequeños (frustración, miedo, dolor, rabia…). Esas estrategias adaptativas que en su día funcionaron porque nos llevaron a seguir adelante.
Sin embargo, en presente, en nuestra edad adulta, podemos sentir que esas mismas estrategias (volverse invisible, mostrarse frío, reaccionar exageradamente a los conflictos o evitar el dolor emocional) suponen un coste, o no me ayudan de la manera en que yo necesito.
Aquí vengo a presentar distintos tipos de carácter con los que puedes resonar. Toda la información que se encuentra plasmada ha sido recogida en una formación de Eneagrama.
Hay personas cuya dificultad se encuentra centrada en lo motor, en el movimiento. Son aquellas que reaccionan ante la rabia inhibiéndola (lo que les supone una desconexión con el mundo, se vuelven invisibles y dependientes), otros la multiplican (tienden a dominar y presentan mucha dificultad para habitar su mundo emocional) y otros la reprimen (construyen un juez interior desde el que miran con cierta superioridad a los demás. No se permiten el placer a sí mismos y cortan su espontaneidad).
Otro grupo de caracteres encuentran su propia trampa en su mundo emocional. Los hay que son tremendamente emocionales (acabando por atender a las carencias de los demás y siendo muy susceptibles a la crítica), también aquellos que actúan la emoción según el entorno en el que se encuentran (no se muestran genuinamente y presentan graves problemas con su vergüenza) y otros presentan un carácter más triste, melancólico (tienden a compararse y a buscar ser especiales dentro de los grupos).
Finalmente, el tercer grupo, llamado los mentales o intelectuales tienen muchos conflictos en relación con el miedo. Los hay que lo proyectan fuera acabando por volverse muy fóbicos, o contra-fóbicos (para no sentirlo se enfrentan a él). Les resulta muy complicado tomar decisiones y buscan la seguridad fuera. También otros lo interiorizan (viven retirados del mundo y tienen dificultad para poner límites), o los hay que lo evitan (son buscadores de placer, tienden a la fantasía y no toleran la frustración).
Afortunadamente el carácter puede trascenderse. Es decir, encontrar y vivirte desde las virtudes más lúcidas que tu carácter alberga. Volverte genuino, espontáneo, capaz de responsabilizarte de ti mismo, y pudiendo comprender, desde el amor y la serenidad aquello que tanto me cuesta de las personas que me rodean. Poder recoger a tu hermano/a, a tus padres, hijos y vivirte en comunidad desde un lugar más armonioso contigo mismo y con los demás.
Si quieres explorar tu carácter, comprenderte un poco mejor y sacar la esencia que se encuentra dentro de ti, ponte en contacto con nosotros: info@iluminapsicologia.com
Laura Villa Manzano
Psicóloga colegiada M-36481